Estrés: El homicida silencioso

Cierto grado de ansiedad resulta adaptativo y nos ayuda a enfrentarnos a las exigencias del día a día, por lo que, cuando los requerimientos de la vida son solventados, esa tensión que teníamos en un principio se vive incluso como algo placentero y motivador.
Pero ya sabemos que todo es bueno en su justa medida, así que ¡NO ABUSES!
Cuando esta ansiedad dura más de lo previsto o se vuelve muy intensa, induce a una serie de consecuencias en nuestro cuerpo. Entrar en un estado de alerta constante desembocará en una desestabilización de nuestro equilibrio emocional.
En una situación de estrés se origina un
estado de tensión significativo, lo que ocasiona un agotamiento tanto físico como psíquico.
El hipotálamo dispara una alarma a través del sistema nervioso y de ciertas hormonas como la adrenalina (la cual aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y el gasto energético) y el cortisol (el cual aumenta la producción de glucosa en sangre y altera las respuestas de nuestros sistemas digestivo y reproductor).
Al aumentar la producción de cortisol, se reduce la creación de las hormonas que alimentan la libido, y es este mismo trastoque hormonal el que provoca complicaciones tales como la amenorrea o la disminución del deseo sexual.
Además se incrementa la producción de ácidos gástricos, lo cual estimula la aparición de úlceras, cólicos y de más sintomatologías relacionadas con el tracto digestivo.
Disminuye nuestra actividad inmunológica. Nuestro cuerpo es más propenso a contraer enfermedades infecciosas o a crear reacciones autoinmunes.
Cabe añadir que un exceso de cortisol adquiere cierto grado de toxicidad para nuestro cerebro, lo que  provocará alteraciones del patrón del sueño, fobias o incluso depresión.

¿Cómo combatimos el estrés?
·¡¡Ojo con la cafeína!! A la larga deteriora nuestro sistema nervioso, nos provoca insomnio y nos aumenta la frecuencia cardíaca.
· Medita y busca alternativas para encauzar tus ideas y proyectos. Dedicar unos minutos al día para poner orden a tus pensamientos te puede ahorrar muchas horas de estrés.
· Libera tensiones. Practicar algún deporte puede ser la mejor de las alternativas. La actividad física ayuda a distraernos y a evadirnos de los problemas y preocupaciones y, además, conlleva una liberación de endorfinas, lo que se traduce en estado de bienestar.
·Sal al mundo y disfrútalo. Relaciónate, da un paseo por la playa, sal de compras, conversa con tus amigos… Envolverse en un entorno sano disipa tensiones y nos ayudará a alcanzar el perfecto equilibrio emocional.
“La mejor arma contra el estrés es nuestra capacidad de elección entre un pensamiento y otro.” W.J. 

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